Las manchas nos recuerdan que la perfección no es lineal, que la belleza está en lo inesperado, en lo que no sigue reglas. Esta colección nace de esa verdad: de aceptar que lo que marca, también transforma.
Un accidente, un momento, una emoción que se queda grabada en la piel, en la tela, en la memoria. Son huellas vivas que nos enseñan que estamos en constante cambio, y que lo orgánico, lo irregular, lo único… también puede ser arte.